(Mastopexia) Esta cirugía es especialmente eficaz en mamas pequeñas y caídas.
A pesar de que no altera la capacidad de amamantar, se recomienda posponer la intervención si es que se planea un embarazo, porque la lactancia distiende los tejidos, y con eso se pierde parte de los resultados.
Habitualmente, para esta intervención que dura unas tres horas se utiliza anestesia general. Se practican tres incisiones que forman un ancla: una alrededor de la areola, otra vertical que va de la areola al surco submamario, y una horizontal en el surco mismo. Mediante ellas se retira la piel y se eleva la areola. Cuando el busto es de poco tamaño y no muy caído, se puede realizar solamente la incisión de la areola, y extraer la piel en forma circular.
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En algunas ocasiones se instalan drenajes para eliminar fluidos, que se sacan días después. En el postoperatorio se sienten molestias que son atenuadas con analgésicos. Las mamas se sienten inflamadas y sensibles por unos días. Los puntos son retirados después de una o dos semanas. De ahí en adelante la paciente deberá utilizar un sostén especial.
La sensibilidad del busto se recupera a las semanas, pero en ocasiones muy raras persisten alteraciones. La cicatrización completa demora casi un año dependiendo del tipo de piel y, a pesar de que puede disimularse, nunca desaparece.
La paciente puede levantarse al día siguiente de la cirugía, pero debe postergar su actividad normal por una semana. El cirujano le indicará no levantar los brazos por sobre la cabeza y evitar los deportes por un mes.
Uno de los potenciales riesgos de esta cirugía es que las mamas no queden perfectamente simétricas. A veces se realiza una intervención para corregir una cicatrización deficiente.